Sin derramar sangre

Heracles persigue mítica e infatigablemente durante un año a la cierva de Cerinia, le dispara una flecha entre el hueso y el tendón, la carga en hombros y la lleva a Micenas.
Cuando en el camino, Ártemis le reclama por su animal, él le aclara que la culpa es Euristeo.

Heracles y la cierva de Cerinia en vasija griega [itd. pantherfile.uwm.edu]

Heracles y la Cierva de Cerinia [itd. Wikimedia Commons]

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