Mis hijas

Adrasto, en Argos, no quiere tener problemas con ninguno de los príncipes que pretenden casarse con sus hijas Egialea o Deípile, para eso visita el Oráculo de Delfos. El que en un tono ancestral y nada críptico resuelve: tienes que uncir un jabalí y un león a tu carro de dos ruedas. Adrasto piensa. Debe referirse a los príncipes de Tebas y Calidón cuyos emblemas son el león (por la esfinge) y el jabalí (de lo que suele disfrazarse Ares). Estos son los desterrados Polinices y Tideo. El primero desterrado por su hermano Eteocles; y el segundo, acusado de matar a su hermano Melanipo.

Adrasto y su familia en vasija [itd. maicar]

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