Una bandada de locas
En el pantano, desecado otras veces, Heracles no puede caminar ni tampoco ir en barca y las aves son muchas. Entonces Atenea le entrega un par de címbalos de bronce hechos por Hefesto.
El ruido estrepitoso enloquece a las aves, quienes huyen despavoridas. Y, en el camino, Heracles acierta y derriba a varias (1).
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(1) Esta acción también se lee como la erradicación de brujas de una colegio femenino.
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