Egisto, por su parte, disimula su miedo a la venganza de Orestes con alevosas provocaciones: no sólo hace uso del trono, cetro, lecho y túnicas de Agamenón sino que se emborracha y salta y apedrea su tumba.
El triunfo de Baco (los borrachos) de Diego Velázquez
[itd. Museo del Prado]
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