Sileno, el pedagogo de Dioniso, cae a dormir la borrachera en un jardín próximo a los terrenos de Midas. Las guirnaldas y rosas le toman preso y presentan ante el rey.
De inmediato, para ganar su libertad, Sileno le cuenta (1) a Midas las más increíbles historias sobre un lugar alucinante (¿atlantida? (2)). Por ejemplo, que en esas tierras habitadas por gigantes felices y vientos protectores existen dos arroyos, y a la orilla de estos encontramos sendos árboles que dan frutos opuestos: uno rejuvenece hasta la niñez; y el otro hace llorar, gemir y desfallecer.
Midas encantado con las historias agasaja a Sileno y ubica a Dioniso para darle noticias sobre el paradero de su instructor. Dioniso, en compensación, ofrece a Midas lo que él quiera. Midas pide que al solo toque convierta todo en oro. Así pasa. Con la paradoja que hasta la comida que toca se convierte en oro. Arrepentido por el pedido concedido, Midas implora una salida que hallará sumergiéndose en una fuente.
Midas and Bacchus de Nicolas Poussin
[itd. Wikimedia Commons]
Pepita Latrobe
[itd. Piedras preciosas y joyas de Dorling Kindersley]
Oro incrustado en cuarzo
[itd. Piedras preciosas y joyas de Dorling Kindersley]
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(1) Sátiros retóricos, ¿una redundancia?
(2) Ícono: continente protegido por un remolino, que salpica el mundo desde su más lejano extremo.
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