Alfileres

Egipto, que no cesa en su afán, manda a sus hijos a ubicar a Dánao. Cuando lo ubican en Argos, lo sitian sin agua (1), y le obligan a entregar a sus hijas para la boda de marras. Pero Dánao prepara a sus hijas con largos alfileres escondidos en el pelo de la cabeza para que, en el momento propicio, se los claven en el corazón a sus maridos. Enterrarán sus cabezas luego afuera de la ciudad como augurio para protegerse.
El único que se salva, por intermediación de Ártemis, es Linceo, el de la buena vista. Himenestra, una Danaide, le perdona la vida y le ayuda a escapar. A la ciudad que llegase a través de las señales de algún faro debe avisar que está todo bien. A pesar de los ritos de purificación de Atenea y Hermes, las Danaides son acusadas de conyugicidio, y los Jueces las castigan a acarrear agua eternamente en cedazos. Antes de esto, Dánao querrá salvar a sus hijas casándolas de nuevo, y organiza pruebas de carreras. Más los hombres, por temor a los alfileres, son reacios a participar.

Three Danaides de John Singer Sargent [itd. Museum of Fine Arts, Boston]

Cedazos [itd. Oh!Menaje]

____________ (1) Más adelante, las Danaides aprenderán a hacer pozos.

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